Para muchos de nuestros alumnos, ésta es la primera oportunidad de observar una cueva de estas dimensiones y tanta historia ya que gracias a los restos encontrados podemos saber que sirvió de cobijo, vivienda y necrópolis a nuestros antepasados.
Una vez dentro de la cueva, nuestros guías nos informan de la necesidad de abrigarnos y sobre todo tener mucho cuidado y no tocar nada ya que las formaciones calcáreas que encontramos a nuestro paso tardan miles de años en formarse. Incluso el vapor de agua que expulsamos en nuestra respiración y el propio calor que emanan nuestros cuerpos las pueden alterar en cierto modo.
Así que con mucho cuidado y respeto, visitamos el interior de la cueva.
Nos encontramos también con numerosas muestras del uso de la cueva como necrópolis por nuestros antepasados del Calcolítico, en forma de pinturas y grabados datados en el 2500 a. C aproximadamente.
Ya en el exterior tuvimos oportunidad de visitar la reconstrucción del poblado Neolítico de hace más de 4000 años, en el que recrean, de manera bastante real, el modo de vida de nuestros antepasados: las viviendas en las que vivían, sus trabajos en pieles, los utensilios utilizados para la caza o para moler el grano...
Los alumnos disfrutaron y aprendieron mucho de esta experiencia.