La velocidad de reacción se define como la cantidad de sustancia que se transforma en una determinada reacción por unidad de volumen y tiempo.
En algunos casos, como la reacción de la oxidación del hierro puede durar años, mientras que en otros casos como la combustión del metano en fuego que puede durar tan solo unos segundos.
La velocidad de reacción puede verse ralentizada o acelerada por varios factores (temperatura, agregación de moléculas, presencia o no de catalizadores o concentración de reactivos...).
En esta práctica tratamos de estudiar varios de esos factores y cómo afectan a la velocidad de reacción.
Para ello, utilizamos pastillas efervescentes, agua, mortero y un cronómetro con el que medir el tiempo de disolución en cada reacción.
En un primer experimento, situamos delante de cada equipo tres vasos: uno con agua fría (nevera), otro con agua a temperatura ambiente (grifo) y otro con agua caliente (microondas durante 30 segundos) asegurándose que todos ellos tuviesen las mismas cantidades de agua. Midieron con el termómetro las temperaturas y lo anotaron en sus cuadernos de laboratorio. Introdujeron una pastilla efervescente en cada vaso a la vez y calcularon usando el cronómetro el tiempo que tarda cada pastilla en disolverse por completo.
La velocidad de reacción puede verse ralentizada o acelerada por varios factores (temperatura, agregación de moléculas, presencia o no de catalizadores o concentración de reactivos...).
En esta práctica tratamos de estudiar varios de esos factores y cómo afectan a la velocidad de reacción.
Para ello, utilizamos pastillas efervescentes, agua, mortero y un cronómetro con el que medir el tiempo de disolución en cada reacción.
En un primer experimento, situamos delante de cada equipo tres vasos: uno con agua fría (nevera), otro con agua a temperatura ambiente (grifo) y otro con agua caliente (microondas durante 30 segundos) asegurándose que todos ellos tuviesen las mismas cantidades de agua. Midieron con el termómetro las temperaturas y lo anotaron en sus cuadernos de laboratorio. Introdujeron una pastilla efervescente en cada vaso a la vez y calcularon usando el cronómetro el tiempo que tarda cada pastilla en disolverse por completo.
Llegaron a la conclusión de que a medida que aumenta la temperatura del agua, el tiempo de reacción disminuye.
En un segundo experimento observaron la velocidad de reacción teniendo en cuenta el grado de división de los reactivos. Para ello usaron dos recipientes con agua a la misma temperatura y en la misma cantidad. En uno echaron una pastilla entera y en el otro la machacaron usando el mortero y después la echaron en el agua. Calcularon el tiempo de disolución de cada una de ellas y llegaron a la conclusión de que aquellas pastillas machacadas y fragmentadas tardaban menos en diluirse que aquellas que habían sido introducidas enteras en el agua.
Por último realizaron un experimento similar en el que usaron dos pastillas efervescentes disueltas en una misma cantidad de agua a la misma temperatura. En uno de los recipientes echaron una pastilla y dejaron que se disolviese sin aplicar ningún movimiento y en el otro recipientes calcularon el tiempo de disolución de la pastilla mientras removían el recipiente con una cuchara. Observaron y llegaron a la conclusión que al aumentar la agitación de las moléculas también aumenta la velocidad de reacción mientras se mantienen estables el resto de las variables.
Los alumnos se implicaron mucho en la práctica, de la que aprendieron mucho e incluso propusieron otras prácticas alternativas como aumentar o disminuir la cantidad de disolvente, o la cantidad de soluto en nuestras disoluciones, o realizar gráficas aumentando poco a poco la temperatura del agua y observar la velocidad a la que se disuelven las pastillas...
Por supuesto, como buenos científicos, plasmaron todas sus conclusiones y el procedimiento de la práctica en su cuaderno de laboratorio.
¡Buen trabajo de investigación chicos!
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