Se estima que solo conocemos el 1% de los microorganismos que
habitan la Biosfera.
Aunque solo una pequeña parte de ellos causan enfermedades
en los seres humanos, su pequeño tamaño, su gran número y su ubicuidad hacen
que sea inevitable que entren en contacto con nosotros y que, de vez en cuando,
dañen nuestra salud.
En este proyecto de investigación planteamos a los alumnos de Cultura Científica los
siguientes objetivos:
1. Demostrar la
existencia de microorganismos en los objetos de nuestro entorno, en nuestra
piel y en el aire usando para ello los pasos del método científico y elaborando
un informe al final.
2. Mediante el análisis
de la morfología de las colonias bacterianas, identificar sus diferencias.
Para la realización de esta práctica utilizamos 5 sesiones repartidas a lo largo de tres semanas.
En una sesión previa a la visita al laboratorio pedimos a los alumnos buscar información sobre qué son las bacterias, sus partes, su clasificación, sus beneficios, algunas enfermedades causadas por ellas, su localización, sus requisitos para sobrevivir, su forma de reproducción, su cultivo, cómo se pueden estudiar una vez cultivadas (principal tipo de tinciones...).
Tras este trabajo exhaustivo y la puesta en común en clase realizamos una primera visita al laboratorio y dimos a cada grupo de trabajo dos placas Petri (con agar). Les pedimos dividir una de ellas en dos partes con un rotulador permanente en el exterior de la base y cultivar en ellas bacterias obtenidas mediante un hisopo de la superficie de sus teléfonos móviles y en otra bacterias obtenidas de sus propias manos.
La segunda placa Petri la dejaron abierta durante unos instantes tratando de capturar posibles bacterias que pudiera haber en el aire de la sala y posteriormente ambas placas las cerraron, las etiquetaron con sus nombres y las guardaron en un sitio seco y oscuro en el laboratorio desgraciadamente no tenemos estufas de laboratorio para poder meterlas).
Además, mantuvimos una de las placas sin abrir y la marcamos como placa Control para poder hacer comparaciones a lo largo de nuestro experimento y la guardamos junto a las demás.
Tras 4 días, volvimos al laboratorio y recogimos datos de las colonias (y demás organismos) obtenidas en nuestras placas Petri.
Los alumnos contaron el número de colonias y las clasificaron según su forma, contorno... Anotaron todas sus conclusiones en su cuaderno de laboratorio.
Los alumnos contaron el número de colonias y las clasificaron según su forma, contorno... Anotaron todas sus conclusiones en su cuaderno de laboratorio.
Dos días más tarde regresamos al laboratorio y estudiamos de nuevo las colonias obtenidas y el crecimiento de éstas. Algunos alumnos utilizaron no solo las lupas binoculares del laboratorio sino también aplicaciones de lupa de sus teléfonos móviles con los que fotografiaron sus resultados.
Os mostramos aquí algunas de las imágenes obtenidas. Aunque los alumnos en un principio creyeron que todas las colonias se correspondían a colonias bacterianas, desgraciadamente determinamos que la mayoría de ellas eran colonias de hongos que habían conseguido invadir nuestras placas Petri (recordamos que estaban en el laboratorio sin estar herméticamente cerradas ni en el interior de ninguna estufa que hubiera en cierto modo impedido su contaminación).
Placa control contaminada con hongos
Una de las placas más significativas era la placa control que no había sido abierta en ningún momento pero había sido colonizada (sobre todo los bordes más expuestos) por numerosos hongos.
¡Buen trabajo chicos!
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