SENDA: EL BOSQUE EN OTOÑO 2014
Como cada año trasladamos la clase de Ciencias Naturales al otoño.
Organizados en grupos cooperativos los alumnos estudiaron los árboles más representativos de uno de los ecosistemas estudiados en clase: el bosque Atlántico.
Para ello nos trasladamos al castañar de El Tiemblo en la provincia de Ávila. Se trata de un pequeño bosque en las laderas de la reserva del Valle de Iruelas. A él se accede por una pista de tierra de unos 7 km señalizada desde el centro del pueblo de El Tiemblo.
Nada más llegar nos encontramos una zona provista de barbacoas y aparcamientos desde la que está señalizada la salida por la senda de El Castañar.
Allí hacemos nuestra primera parada. Nos dividimos en grupos compuestos por 4-5 alumnos entre los que se ha designado a un capitán que será el encargado de reunirse con los profesores en cada una de las paradas y transmitir y distribuir el trabajo a realizar entre los miembros de su equipo en sus cuadernos de campo.
Los alumnos están muy motivados y se ponen rápidamente manos a la obra para estudiar el primer ecosistema con el que nos encontramos: un pequeño ejemplo de bosque de ribera cercano a un arroyo casi seco. Realizan un estudio exhaustivo de los alisos (Alnus glutinosa) del lugar: estudian el porte, la fauna asociada, recogen muestras de hojas y suelo estudian la corteza y algunos hasta encuentran restos de algunos frutos e incluso flores masculinas de estos árboles. También descubren algunos avellanos, rosales silvestres, zarzas, musgos y gran cantidad de líquenes creciendo junto a los alisos.
(Imagen de las hojas y fruto del aliso común)
Muchos de los alumnos nunca habían caído en la cuenta de la belleza y los misterios que nos ofrece la naturaleza en su estado más puro. Veían simples árboles y por primera vez caen en la cuenta de la enorme biodiversidad que les rodea.Alumnos divididos en grupos recopilando información del bosque de ribera y estudiando los alisos
Puesta en común por equipos
Comenzamos el camino hacia el interior del castañar, un recorrido de pocos kilómetros y escasa dificultad en el que descubriremos castaños centenarios con troncos retorcidos que les dan un aspecto casi mágico. Los alumnos están impresionados..."Nunca he estado en un bosque tan bonito como éste"...dice uno de ellos. "Parece sacado de una de las películas del Señor de los Anillos"...dice otro.
Unos cientos de metros más allá hacemos nuestra segunda parada para estudiar el castaño (Castanea sativa). Una vez más los alumnos se dividen en equipos y se distribuyen el trabajo. Al terminar nos reunimos todos juntos y ponemos en común lo que han aprendido.
Los castaños son árboles muy resistentes y longevos de hoja caduca que viven en zonas húmedas. Pueden alcanzar con facilidad hasta los 25 metros de altura y poseen una copa amplia, redondeada y tupida. El tronco suele ser grueso y con gran cantidad de ramas, especialmente en aquellos que han sido podados y utilizados como recurso natural durante años.
Los árboles más jóvenes suelen alcanzar muchos más metros de altura y tener menor cantidad de ramas.
Sus hojas, grandes y aserradas se sitúan horizontalmente buscando la necesaria luz solar para realizar la fotosíntesis y fabricar su alimento.
El tronco tiende a ahuecarse con el tiempo, sobre todo en aquellos árboles que han sufrido podas de grandes ramas, hasta el punto de encontrar en ocasiones solamente carcasas que sustentan copas de árbol con escasas hojas.
Pero normalmente el ahuecamiento es ocasionado por el hombre al utilizar técnicas de poda deficientes que provocan grandes heridas en las que posteriormente crecerán hongos que poco a poco irán pudriendo la madera.
Alumnos estudiando los castaños
Grupo de castaños jóvenes
Castaño infectado por hongos
Ahuecamiento de la corteza en un castaño de mucha edad
Continuamos el recorrido pasando a través de un pequeño robledal donde los alumnos aprendieron a diferenciar el roble de los castaños vistos anteriormente.
Los robles son árboles típicos del bosque Atlántico al igual que los castaños. Tienen hojas grandes, lobuladas y caducas. Su fruto es la bellota. Es un árbol grande, puede alcanzar hasta los 40 metros de altura. Su nombre científico es Quercus robur.
Lo que más llamó la atención de los alumnos fue la recogida de agallas de los robles que encontramos en el suelo. La mayoría de ellos nunca las habían visto y los que sí lo habían hecho pensaban que era algún tipo de fruto de algún árbol.-¡Yo sé lo que es!- dijo un alumno alborotado- ¡Son agallas!¡Dentro hay huevos y larvas de algún insecto!- me lo contó una vez mi padre.
-¡Genial- dije yo. Efectivamente las agallas son una respuesta defensiva del roble ante el "ataque" de un insecto que deposita sus huevos en él. Si abrimos una puede que veamos las larvas o los huevos aún. El orificio que veis es la entrada y la salida a la cámara interior.
No hubo suerte. Vacío.
Capitanes de los equipos rellenando la evaluación de los equipos .
Nuestra última parada es un prado abierto que hay al final del camino donde hacemos una parada más larga para comer los bocatas que llevamos y hacer una puesta en común entre los equipos.
Los capitanees esta vez también rellenaron una ficha de evaluación de cada uno de los miembros de los equipos y de ellos mismos. (Autoevaluación y Coevaluación).
En el camino de regreso nos hacemos la foto de rigor enfrente del verdadero protagonista de este bosque : El Abuelo.
El Abuelo es un imponente castaño de 525 años de antigüedad que fue utilizado durante muchos años como refugio para pastores en días de lluvia y frío. Una fogata mal apagada chamuscó todo su interior pero permanece en pie hoy en día y es una maravilla poder visitarlo.
¡A los alumnos les encantó hacerse la foto de rigor dentro!
Una vez en el colegio los alumnos plasmaron todo lo aprendido en una exposición de fotos, muestras recogidas, recetas con castañas, poemas y dibujos elaborados por ellos mismos que pusimos en el hall del colegio. Aquí va una muestra de ello. Como siempre...¡están hechos unos artistas!.
¡Enhorabuena por el trabajo chicos!
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